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Sexo, mentiras y feminismo

Capítulo 13 : Educadoctrinamiento mediante el complejo de los medios de comunicación y la universidad

Autor de la obra original: Peter Zohrab

Traducción al castellano por: Gustavo Revilla Olave

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Mentiras sobre la opresión

En un bosque un hombre con una motosierra se encuentra considerablemente sobrepasado en número por los árboles ¿pero quién tiene el poder real? En una sociedad democrática liberal bien organizada, el individuo típico miembro de la mayoría – o del grupo supuestamente dominante- tiene menos poder del que tienen los individuos típicos miembros de los grupos comerciales o de presión política bien organizados, como la Organización Nacional de Mujeres en los EEUU. La mayoría silenciosa podrá ser mayoría pero su silencio es su ruina.

Lo Políticamente Correcto es la ideología dominante entre los estratos dirigentes educadoctrinados* en los países occidentales. Con el término educadoctrinados, me refiero simplemente a que los sistemas educativos y los medios en los países occidentales (El complejo de los medios y la universidad o MUC**) tienen un remarcable subtexto de adoctrinamiento en ciertos valores. Aquellas personas graduadas en las instituciones de educación superior han asimilado la mayor cantidad de educadoctrinamiento MUC y de este modo son considerados apropiados para controlar la educación, los medios y los aparatos gubernamentales que perpetuan esta ideología.

Inicialmente, Internet fue una gran fuerza liberadora y permitió a los hombres esquivar el sesgo de los medios y diseminar su mensaje directamente a otros. Sin embargo cuando las instituciones del MUC llegaron a la red frecuentemente trajeron con ellos sus prejuicios y censuras feministas. A pesar de todo, buena parte de Internet, concretamente muchos de los grupos nuevos de Usenet, están todavía libres de censura y habilitan información libre de censura –tanto verdadera como falsa- para ser diseminada de un modo amplio y rápido al mismo tiempo

El sitio de dominios libres, Geocities- antes de ser absorbido por Yahoo- era muy antimasculino. Yo controlé por un largo periodo de tiempo una website sobre los derechos de los hombres ahí:

* Nota del traductor: El término educadoctrinamiento, y sus variantes como educadoctrinados etc. son en realidad neologismos creados por el autor para describir el modo en que se transmiten determinadas interpretaciones políticamente correctas, hasta acabar conformando una doctrina de pensamiento aceptada principalmente por dirigentes y comunicadores casi por inercia, la cual está dotada de una notable capacidad de influencia en la sociedad, aunque en ciertos casos nunca haya sido sometida a un análisis suficientemente serio de la veracidad o error de sus principios.

** Nota del traductor: MUC; Acrónimo directo del inglés surgido de la expresión “Media, University, Complex, traducido al castellano: El Complejo de los Medios y la Universidad.

www.geocities.com/peterzhorab y cuando se habilitó un motor de búsqueda por primera vez en Geocities realicé una búsqueda sobre los “derechos de los hombres” pero las únicas visitas que conseguí en Geocities eran lugares de derechos gays. Después de que protestase por esto en uno de los foros de Geocities se resolvió este problema, ya que cualquiera podría confirmarlo por si mismo, pero tuve grandes dificultades incluso a la hora de recibir respuestas a mis correos electrónicos de Geocities sugiriendo un vecindario para los hombres que equilibrase la existencia de Wellesley, el vecindario dispuesto para las mujeres. Y el correo electrónico de hojas informativas y páginas Web sobre recursos de Internet, el informe Scout, destacaba rutinariamente sitios de mujeres y sólo había señalado una vez uno de hombres a pesar de mis protestas. Y aunque había incluido en la lista un sitio sobre salud masculina, ¡era como parte de otro dedicado principalmente a las mujeres!

Al mismo tiempo yo también fui uno de los primeros editores voluntarios en el directorio abierto (http://dmoz.org), el cual había sido la base del directorio Netscape, entre otros. Me dediqué a desarrollar la categoría “Sociedad/Temas/Derechos Humanos/Derechos de los Hombres” para equilibrar la categoría “Sociedad/Temas/Derechos Humanos/Derechos de las Mujeres”, pero se me asignó la categoría “Sociedad/Hombres” sin ninguna explicación –obviamente tenían perjuicios en contra de tratar los derechos de los hombres con la misma importancia dada a los derechos de las mujeres. Por eso cree la categoría “Sociedad/Hombres/ Derechos de los Hombres” (y varias subcategorías) y me las arreglé para poner los Derechos de los Hombres y los Derechos de las Mujeres en una jerarquía igualada planteando la cuestión en el foro de los editores.

Con la destacadísima ayuda de un activista de Los Ángeles construí los listados de los Derechos de los Hombres hasta casi alcanzar las 1100 urls. Pero el editor de la sección Sociedad/ Temas me envío un correo en el que se quejaba de que la sección de los Derechos de los Hombres tenía muchos más urls que la sección de los Derechos de las Mujeres, y que era necesario hacer algo al respecto. Yo repliqué alegando que consideraba su actitud hipócrita, a no ser que también intentase corregir el desequilibrio contrario presente a lo largo de todo el mundo, donde los Derechos de los Hombres a duras penas se destacaban. Es innecesario decirlo, no respondió, el Directorio Abierto encontró un pretexto para despedirme como editor, y el nuevo editor disminuyó el número de urls de los Derechos de los Hombres como mínimo a la mitad. Las urls de Derechos de las Mujeres estaban aumentando en número- de tal modo que la última vez que lo comprobé las urls de los Derechos de las Mujeres superaban en número a las de los hombres. ¡Así es la igualdad en el mundo feminista!

Los prejuicios en las Universidades.

Nunca debemos pasar por alto la influencia de las escuelas y universidades. Las universidades transmiten conocimientos y habilidades, pero también inculcan valores políticos y sociales por la socialización de los grupos paritarios y la agitación política que se da en ellas, así como a través de tendencias en los contenidos y conferencias de los materiales del curso.

Por ejemplo, en 1987 realicé un curso a tiempo parcial en una universidad en el que teníamos que impartir una charla sobre uno de varios tópicos, incluida “La situación de la mujer en Nueva Zelanda”. Un título semejante asume implícitamente que las mujeres sufren discriminación, y anima a las estudiantes femeninas a quejarse por ello ¡en cursos que no tienen nada que ver con los Estudios de Mujeres! Esta tendencia es una característica típica de los cursos universitarios. Estas protestas teniendo el barniz de la respetabilidad académica, añaden a la sociedad la creencia aprendida de que las mujeres están oprimidas de algún modo. Yo solicité el dar una charla sobre “La situación de los hombres en Nueva Zelanda”, tema que no aparecía en la lista, y mi propuesta fue aceptada.

En 1999 en la misma universidad asistí a un curso sobre la civilización China, que incluía el escribir 3 ensayos. 2 incluían la situación de las mujeres en China como tópico posible, pero nuevamente, nada sobre la situación de los hombres en China. Para el primero de estos ensayos, la conferenciante me negó el permiso de escribir sobre los hombres en China, así que escribí sobre las mujeres, pero desarrollando el tema como una comparación de las posiciones de los hombres y las mujeres en China. El segundo, sin embargo, ofrecía la posibilidad de elegir tu propio tema, y en esta ocasión se me permitió escribir sobre los hombres.

Es interesante señalar que las mujeres experimentan esta tendencia, también, sobre todo en los cursos de Estudios de Mujeres. Por ejemplo, una mujer llamada Sonia compartió con la Asociación de Hombres para la Igualdad de Derechos de Nueva Zelanda, su experiencia de cómo intentó escribir acerca del abuso sufrido por los chicos. Al principio rechazaron su ensayo como “no escrito desde una perspectiva centrada en la mujer”, y sólo aceptaron su papel después de que ella presentase su queja sobre el tema.

La mayoría de los estudiantes están subvencionados por becas estatales y los lectores son empleados del Estado, las universidades tienen la tendencia innata de considerar al estado como proveedor y gastador de dinero, i.e., básicamente una perspectiva del ala izquierda. Para ellos podría resultar chocante, comprender que muchos, principalmente los trabajadores autónomos y los trabajadores del sector privado, consideran al Estado principalmente como un recaudador de impuestos. Los hombres autoempleados son probablemente la gente que paga la mayor cantidad de impuestos en proporción a lo que ellos reciben como beneficios del Estado, y las madres solteras, que más tarde se convierten en pensionistas y viven más que los hombres, reciben la mayor parte de los beneficios del Estado en comparación con los impuestos que pagan.

Afortunadamente, la inclinación de los académicos hacia el ala izquierda es una tendencia más que un absoluto. Algunas secciones académicas, como por ejemplo las escuelas de negocios, tienden a ser más conservadoras mientras que otros, como por ejemplo los departamentos de Sociología, son definitivamente izquierdistas. Yo he llegado a recibir un email de parte de un estudiante de Sociología que admitía que estudiar Sociología era equivalente a ser feminista- ¡y su departamento fue más tarde reestructurado en una Facultad de “Sociología y Estudios de la Mujer”!

Y son los estudiantes de las menos vocacionales materias más propias del ala izquierda, como por ejemplo la Sociología, los que están inclinados a ser más activos políticamente a aquellos que estudian, por ejemplo, negocios o Ingeniería – y estos izquierdistas a menudo terminan consiguiendo trabajos en la burocracia donde su código ético influye en como tratan de un modo distinto con los clientes masculinos y femeninos. Estas mismas personas son también las que tratan con temas de política social, siendo esta la razón por la cual las políticas sociales gubernamentales frecuentemente acaban siendo más izquierdistas de lo que justificaría el punto de vista de su electorado considerado en conjunto.

Así a muchos estudiantes se les inculca un claro mensaje:

IZQUIERDA=BUENO; DERECHA=MALO

A menudo las universidades inculcan su doctrina muy sutilmente, lo cual aumenta su poder. He aquí un ejemplo de cómo pueden ser la influencia sutil y los mensajes subliminales: Hace muchos años, en la en aquel entonces Unión Soviética, hubo un golpe de estado protagonizado por la vieja guardia comunista contra el Presidente Gorbachov. Algunos presentadores occidentales lo describieron como un “golpe del ala derecha” 1. Absurdo: estos comunistas estaban mucho más a la izquierda de Gorbachov. ¿Cómo pudo el presentador cometer un error semejante? Porque los artífices de las decisiones de la radio eran políticamente correctos y razonaron que derecha=malo, los golpes de estado son malos, por lo tanto cualquier golpe de estado tiene que ser derechista. En posteriores difusiones a través de los medios, sin embargo, muchos cambiaron su descripción del “ala derecha” a “conservadora” un término ligeramente menos erróneo.

Mucha gente formada en la universidad teme ser etiquetada como derechista, porque sus profesores les enseñaron que izquierda=bueno. Además, muchos puestos de trabajo de clase media tiene una atmósfera izquierdista/liberal, así cualquiera con actitudes conservadoras encara el hostigamiento, la intimidación y la discriminación y su patrón puede incluso despedirlo por sentimientos “antiplurales”. Por ejemplo, en mi puesto de trabajo yo he estado sujeto a toda clase de intimidaciones físicas y psicológicas por tener opiniones antifeministas. Una presunta feminista lesbiana en mi puesto de trabajo, citando un caso, ¡me recibió con un saludo Nazi cuando me vio! Y un colega profesor me envío un correo electrónico en el que me comparaba con Hitler porque yo tenía puntos de vista a favor de los hombres. (¡A pesar de que no citó ninguna idea o acción por mi parte o por la de Hitler que podría asemejarnos en ningún aspecto!) Yo protesté por este correo electrónico a mi sindicato, un sindicato de profesores de secundaria, pero no recibí ninguna respuesta a mi protesta.

Si sufres semejantes difamaciones, atiende –puedes defenderte de aquellos que te acusan de estar “a la derecha de Genghis Khan” sugiriendo que ellos están “a la izquierda de Pol Pot”. La Camboya de Pot (Kampuchea) fue también dominada mediante una ideología de corrección política, pero el estado subdesarrollado del MUC en ese país forzó a Pol Pot a utilizar métodos más directos y brutales para imponer su tipo particular de corrección política. Es adecuado mencionar aquí que Pol Pot desarrolló sus ideas mientras estudiaba en una universidad francesa-ver Pol Pot: Un ensayo biografico, por David Le Sage y Sean Watson, (www.eliz.tased.edu.au/ITStu97/polpot.htm) Pol Pot era un izquierdista y ejerció una brutalidad máxima, así ¿cómo puede ser izquierda=bueno? Sólo podemos preguntarnos que estará pensando la gente que lo cree.

Uno de los más flagrantes ejemplos de prejuicio izquierdista académico que yo he encontrado fue el de la Nupedia -un proyecto que pretendía crear una enciclopedia de artículos escritos por voluntarios, y editada y evaluada por voluntarios de la misma categoría. Yo escribí un artículo “sobre los Derechos de los Hombres” para ella, el cual (en el momento en que escribo estas palabras), después de muchos meses y gran cantidad de reediciones todavía no ha sido ni aceptado ni rechazado oficialmente.

Yo mantuve una considerable correspondencia por email con el profesor Larry Sanger, el fundador, quien es /era también mi editor. En un correo electrónico (del 21 de Octubre del 2000) fue muy franco respecto a la naturaleza de las universidades y de la gente que trabajaba en ellas. En él, me acusaba de no tomarme en serio “las restricciones” que el consideraba que se encontraban subyacentes. En este sentido, explicó, se refería a que la “inmensa mayoría” de los académicos son políticamente “liberales”(refiriéndose, por supuesto, a izquierdistas, más que a simpatizantes de otras ideologías), y que el no deseaba ganarse la antipatía de sus potenciales contribuyentes académicos.

Consecuentemente, escribió, el necesitaría “equilibrar” cualquier artículo sobre “los Derechos de los Hombres” con uno inspirado en el feminismo- pero el recíproco no era cierto: i.e. El no intentaba equilibrar cualquier artículo inspirado en el feminismo con uno basado en los Derechos de los Hombres. El admitía explícitamente que ahí existía un doble patrón, el cual describía como “una triste realidad”.

Asombrosamente, la Nupedia tiene una política no-tendenciosa, lo cual las actitudes mencionadas más arriba convierten en una completa farsa. Yo reimprimí la significativa sección de la política no tendenciosa debajo, con mis matizaciones remarcadas en negrita:

“Los artículos de Nupedia son, en lo referido a su contenido, imparciales (Excepto cuando nos referimos al feminismo, y otros temas “liberales”). Debe incluirse una respetable cantidad de mensajes de referencia que permitan a los autores posicionarse sobre temas controvertidos, pero este no es uno de ellos. Esto es, reconociblemente, un ideal difícil de conseguir, pero nosotros opinamos que, donde la arbitrariedad pueda ser detectada, también puede eliminarse.

La siguiente pauta es una buena (aunque no infalible) prueba de falta de prejuicios. “En cualquier tema referido al cual pueda existir incluso la menor disputa entre los expertos, es muy difícil o imposible para el lector determinar cual es el punto de vista al que se suma el autor. (¿Las “arbitrariedades” liberales deben considerarse como imperceptibles?)

Esto obliga a que por cada opinión polémica tratada, el autor de un artículo (en un mínimo básico) mencione varias ideas opuestas que estén siendo consideradas seriamente por cualquier minoría significativa de expertos (o grupos involucrados) sobre el tema. En artículos más largos, por supuesto, las opiniones opuestas serán desarrolladas con un considerable grado de detallismo. En una versión definitiva del artículo cualquier grupo (cualquiera aparte de los no considerados “liberales”) relacionado con la polémica en cuestión debe estar capacitado para valorar si sus ideas han sido presentadas correctamente, o lo más correctamente posible, en un contexto en el que las ideas opuestas deben ser expuestas del modo más claro posible. Más todavía, si se ofrecieran objeciones a cualesquiera ideas particulares (lo que será un componente esencial a ciertos artículos, por ejemplo, aquellos sobre filosofía y política pública). Las más serias o relevantes objeciones, las ideas contrarias, deben ser ofrecidas también (aparte de las opiniones “liberales”). El lector debería idealmente, haber recibido los recursos para aclarar el tema, o de no cumplirse esto, el lector tendría que haber sido familiarizado con los problemas que deben solucionarse con el fin de resolver la cuestión

Sobre cualquier tema polémico, es muy a menudo importante exponer qué argumentos, si los hubiere, están ahora (o lo han estado alguna vez) a favor o ya no están a favor (entre los expertos o algún otro grupo específico de gente). Pero incluso esta información puede y debería transmitirse de tal modo que no se implique que la opinión de la mayoría es la correcta (a no ser que se trate de una opinión “liberal”), o incluso que tiene algo más de consideración a su favor de lo que implica el hecho evidente de su popularidad.

Para exponer un tema sin prejuicios debe prestarse atención no sólo a la importancia de las ideas y argumentos que son presentados, sino también a su formulación o al estilo con que son expuestos. Los artículos de Nupedia deberían evitar describir opiniones, personas, acontecimientos polémicos etc. en un lenguaje que pueda plausiblemente ser considerado como connotativo de algún juicio de valor a favor o en contra, salvo cuando la apreciación sea sobre algún asunto relativamente inocuo y virtualmente universal. Será suficiente exponer los hechos (que tengan relación) para describir varias opiniones divergentes sobre estos puntos, y de ahí en adelante, permitir a los lectores decidir por si mismos sobre cuales son las interpretaciones correctas…”

Distorsiones políticamente correctas.

Existen 3 problemas fundamentales relacionados con la definición políticamente correcta establecida por el MUC de “grupos oprimidos”.

 

  1. ¿Quién decide quién está oprimido?

  2. ¿Cómo utilizan los calificados de oprimidos el poder que esto les otorg

  3. ¿Cuales son las consecuencias para sus chivos expiatorios?

 

¿Quién designa a los oprimidos? ¿Quién decide? ¿Las feministas? ¿Por qué ellas? Las feministas han tenido este protagonismo desde el primer momento del proceso de designación y han asegurado que las mujeres se encuentran entre los principales colectivos. Pero nunca hubo ningún debate público equilibrado acerca de si los hombres o las mujeres (o ambos o ninguno) deberían ser “señalados” como colectivos. Algunos de los restantes colectivos (por ejemplo, lesbianas, homosexuales y los minusválidos) parecen haber alcanzado el nivel de colectivo sólo como resultado de una alianza con las más poderosas feministas. La coalición izquierda/liberal (que destaca en contextos tales como las convenciones del partido demócrata de EEUU) es básicamente un acuerdo entre varios colectivos para apoyar las demandas políticas de unos y otros en conjunto. Esto da a los homosexuales, lesbianas y minusválidos un interés para apoyar a las feministas políticamente. Además, las lesbianas tienen un lugar destacado entre la cúpula feminista.

El segundo problema consiste en que los colectivos (las mujeres, las minorías étnicas, los minusválidos, homosexuales, lesbianas, etc.) se convierten en agencias de relaciones públicas y grupos de presión establecidos para sus miembros.

Estas agencias tienen una especie de fuerza “gravitatoria” que aplican sobre la verdad moldeándola a su favor. Así sus agencias de relaciones públicas dominan los medios de comunicación, lo que ocasionalmente genera la impresión de que muy pocas mujeres hagan algo mal en ciertos casos, especialmente en lo referido a la violencia doméstica. Este abismo entre la línea oficial y la realidad fue una característica de la Europa Comunista del Este, y del libro de George Orwell 1984. La discrepancia entre la propaganda y la verdad en estos países es probablemente una de las causas principales del extremismo de la facción derecha, cuando éste se produce.

El tercer problema con los colectivos, como se discute más abajo, es que este enfoque de los derechos humanos crea un conjunto de chivos expiatorios constituido por aquellas personas que no encajan en ninguno de los grupos señalados como colectivo.

La teoría establecida es que ellos son los ricos y poderosos en la sociedad-pero sólo unos pocos de ellos son ricos y poderosos. ¿Qué sucede con los varones blancos y pobres, por ejemplo? Los hombres y los blancos son ambos considerados políticamente incorrectos si afirman sus derechos. Cualquier feminista semi-inteligente, sin embargo, puede hablar despectivamente sobre los hombres blancos y salir airosa ya que los hombres blancos se han convertido prácticamente en demonios.

La fuente del extremismo de la facción derecha.

La tendencia a buscar víctimas y clasificarlas como colectivos ha llegado incluso a invadir la esfera de las relaciones internacionales. La página de Internet Stratfor (www.stratfor.com) trata sobre este tema en el artículo “EEUU pasa por alto las causas subyacentes de los conflictos asiáticos”, 13 de Agosto de 1999:

Esta tendencia también coloca la política exterior de los EEUU y otras naciones en una posición más fácilmente manipulable mediante una eficaz campaña de relaciones públicas. Cualquiera que parezca ser la víctima recibe el apoyo.

Este es un fenómeno conducido por los medios de comunicación y es en las políticas domésticas donde su homólogo es más dominante. Los estudios televisivos empaquetan los temas internacionales en términos de agresores/víctimas, el electorado se cree la imagen que se le ofrece, y los políticos responden a las presiones de su electorado. Así es como sucede y las feministas lo saben.

Las feministas dominan la sociedad con su propaganda. Por supuesto, lo niegan y afirman que la que domina es la derecha. Sin embargo, paradójicamente, a cualquier grupo que pueda convencer al sistema educativo de que está oprimido se le permite por parte de los medios, educadores y el gobierno transmitir su propaganda como si fuese verdad divina.

Lo vemos constantemente en los programas de la televisión americana y británica. Por ejemplo, en el programa Noticias de la Tarde del Domingo de la cadena americana ABC, del Lunes 15 de noviembre de 1999 (horario de Nueva Zelanda) expusieron un tema que trataba sobre “los hijos de América”.

(abcnews.go.com/onair/dailynews/americas_sons.html) el cual hacía un listado de tres estadísticas negativas referidas a los chicos en los EEUU. Son más tendentes a la delincuencia que las chicas, perpetran más asesinatos que las chicas, y había además un apartado sobre los chicos y el suicidio. Podríamos esperar que la tercera estadística trataría sobre como los chicos cometen proporcionalmente más suicidios que las chicas, pero esto habría situado a los chicos dentro del rol de “víctima”, y según el paradigma feminista “masculino=malo, femenino=bueno” los chicos no pueden victimizarse más que las chicas. Así que lo que tuvimos en realidad fue una estadística referida a como los suicidios de chicos se habían incrementado en un 112%, lo que normalmente las feministas atribuyen a la inhabilidad de los varones para sobrellevar su pérdida de poder sobre las mujeres y, de este modo, el resultado de un defecto masculino más que de una victimización.

Es importante no ser ingenuo en lo referido a los medios de comunicación. Al margen de quienes puedan ser los dueños, los prejuicios de los reporteros particulares inevitablemente se hacen patentes, a no ser que vayan directamente en contra de algún interés importante en la política de los propietarios. Los periodistas son en su mayoría graduados universitarios de la izquierda/liberal que apoyan al feminismo. Creo que muchos periodistas son arbitrarios deliberadamente. Parte de mi evidencia de esto es un extracto de las noticias de televisión, de la década de los 60, donde Malcolm X visita a los medios con toda la intención de conseguir que los blancos aprecien y valoren a la gente de color mediante la propaganda positiva sobre los afroamericanos. Él elogia el poder de los medios de comunicación, mencionando el ejemplo de cómo los medios fueron capaces de hacer que los ingleses amaran a los rusos y odiasen a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial –y posteriormente odiasen a los rusos y amaran a los alemanes durante la guerra fría. Sin lugar a dudas Malcolm X tenía razón.- Estoy convencido de que las modernas comedias de situación de la televisión estadounidense, del estilo al Show de Cosby, te ofrecen una imagen mucho más favorable de la gente de color de la que tenías en la infancia leyendo libros simplones o los “cuentos de así fue como” de Kipling, por ejemplo.

Los periodistas de la izquierda liberal que estaban dispuestos a desarrollar esta clase de política son muy propensos a haberla aplicado a otros temas, como el feminismo, desde que la coalición de las víctimas agrupó a las mujeres y a la gente de color en su propaganda. No resulta claro si Malcolm X estaba inventando una nueva política o reflejando una práctica existente entre sus amigos de los medios de comunicación. De cualquier modo, si durante 40 años una parte de los medios ha continuado con esto ¡seguro que ha tenido un efecto!

Este apoyo ha sido decisivo a la hora de ayudar al feminismo a convertirse en una fuerza establecida del sistema en los países occidentales, con gran cantidad de contribuyentes y dinero privado a su disposición, con independencia de las inclinaciones políticas de los burócratas y políticos en el poder. Las feministas alcanzaron sus objetivos hace ya tiempo en los países occidentales y están en el proceso de utilizar las Naciones Unidas para introducirse en el Tercer Mundo. La prueba de su creciente poder incluye:

  1. El número de agrupaciones de mujeres activas en un país concreto;

  2. La cantidad de dinero gubernamental que reciben;

  3. La cantidad de cobertura de los medios de comunicación que reciben;

  4. El número de ministerios de Asuntos sobre Mujeres (o sus equivalentes) activos en países occidentales;

  5. El número de cursos de estudios sobre mujeres subvencionados con dinero público;

  6. la cantidad de legislación inspirada en el feminismo aprobada desde la Segunda Guerra Mundial.

  7. El número de programas de discriminación positiva orientados hacia las mujeres;

  8. El modo en que el entorno académico orienta la enseñanza de los temas sobre la mujer (justificándolo de un modo manifiesto).

Los masculinistas parecen tener pocas esperanzas (o miedo) de verse como un grupo de protesta del ala izquierdista. Esto es así porque las feministas dominan la coalición que constituye la columna vertebral de los partidos izquierdistas en los países occidentales, de ese modo fuerzan a los masculinistas a buscar apoyos en la derecha, aunque no necesariamente en la extrema derecha.

Agravando el problema para los hombres se da el hecho de que lo políticamente correcto se ha convertido en un cuerno de la abundancia para la coalición de las víctimas, con cualquier grupo concebible haciendo cola para conseguir toda la recompensa financiera y política que sea capaz de obtener. Algunos grupos de discapacitados incluso comienzan a afirmar que su limitación es una forma de opresión de la mayoría no discapacitada– Una tentativa de consolidar su lugar en la coalición que ejerce tanto poder sobre los medios y las arcas del gobierno.

Los varones ricos, heterosexuales, anglosajones, no discapacitados apoyan este proceso de búsqueda de recursos porque salva sus conciencias y les permite mantener relaciones sexuales. No se sienten llamados a ayudar a los varones pobres, heterosexuales, anglosajones y no minusválidos (PHAMS, en abreviatura*), porque compiten con ellos por el status, el dinero y el sexo. Los PHAM no asisten agrupados y agitando pancartas al exterior del Congreso o el Parlamento. Pero muchos opinan que el proceso de designación es deshonesto y se sienten dolidos por el modo en que los colectivos usan su “peso” para distorsionar la verdad y recibir un trato de favor.

En el Movimiento de los Hombres, se da cierto resentimiento por el hecho de que la única categoría de hombres que puede atraer publicidad y dinero para sus problemas sanitarios sean los homosexuales-para investigación del SIDA, publicidad y tratamiento. Sería positivo que los Movimientos de Hombres pudiesen aprovechar esta influencia política homosexual para el beneficio más amplio de la salud de los hombres en general. Desafortunadamente, los homosexuales son considerados por algunos activistas de los movimientos masculinistas como aliados muy cercanos a las feministas, además de hostiles con la familia tradicional.

* Nota del traductor: PHAMS; Acrónimo directo del inglés surgido de la expresión “poor, heterosexual, Anglo-Saxon, able-bodied males” traducido al castellano: varones no minusválidos, anglosajones, heterosexuales y pobres.

Existe también el problema de la homofobia entre muchos activistas de los derechos de los padres- a menudo expresada como una preocupación referida a los valores de la familia tradicional. Por ejemplo, el centro de hombres de la costa norte, en Auckland, Nueva Zelanda, ha rechazado considerar el SIDA como un problema de salud masculina según una carta que recibí de un miembro decepcionado con esa organización. Y “Mankind” el Movimiento de Hombres del Reino Unido se ha asociado voluntariamente con los musulmanes del Reino Unido luchando contra la infiltración de los valores homosexuales en la sociedad. A veces parece que uno tiene que elegir entre los izquierdistas que aprueban el asesinato de niños no nacidos y los derechistas que aprueban la discriminación en contra –o el vapuleo- de los homosexuales. Por el otro lado, los homosexuales se muestran también cautelosos a la hora de asociarse con los grupos de los derechos de los hombres porque temen la posible reacción de sus aliadas feministas (principalmente la lesbianas feministas).

Esto afecta a los funcionarios públicos y académicos, también, ya que cualquiera que desee una promoción en una profesión universitaria o en el servicio público tiene que ceder por escrito su integridad al Diablo de lo políticamente correcto y congraciarse con todos los colectivos. (Esa ha sido mi experiencia ¡Pero haría falta otro libro para contar la historia completa!). Esto otorga a los colectivos un considerable poder de chantaje. Pero a la vez alimenta un creciente sentimiento anti-izquierdista.

Los liberales encuentran inexplicable esta opinión derechista. ¡No comprenden la manera en que sus propias acciones contribuyen a propagar el extremismo del ala derecha! Los varones pobres y blancos son, en ciertas ocasiones, propensos a terminar hartándose de esta hipocresía e injusticia, y es aquí donde los modernos aspirantes a Hitler pueden esperar obtener su principal soporte. (Consultar www.backlash.com/book/cycle.html para apreciaciones similares) La acción afirmativa (discriminación “positiva”) incluye sistemas por cuotas para inscripciones universitarias, trabajos del servicio público etc. Algunos liberales aceptan que esto es injusto para los individuos que, sencillamente, hayan luchado bajo un sistema imparcial, pero que pertenecen a una raza o sexo equivocado para cualificarse. Aun así favorecen este sistema racista, sexista ya que han conseguido lo que quieren de la vida y sus propios hijos son lo suficientemente brillantes o están lo suficientemente bien conectados como para que les vaya bien en la vida. Y debido a sus supuestos efectos sociales a largo plazo:

Distorsiones políticamente correctas.

Pero la corrección política crea víctimas: aquellas personas a las que el MUC define como “opresores,” y a partir de ahí se convierten en chivos expiatorios, perseguidos con las bendiciones del Sistema. No estoy negando ni por un segundo que algunas de estas personas puedan realmente haber sido culpables de perpetrar alguna forma de opresión. Mi opinión es que todos los grupos tienden a oprimir a todo los demás grupos, cuando tienen la oportunidad. Lo políticamente correcto actúa como una pantalla de humo para ciertas formas de opresión al dar por sentado que sólo los grupos concretos de chivos expiatorios son capaces de oprimir.

Las mayorías étnicas son mucho más reacias a hacer concesiones a las minorías étnicas de lo que los hombres lo son hacía las mujeres – es decir, los hombres necesitan a las mujeres de un modo en que las mayorías étnicas no necesitan a las minorías- Así la situación de las mujeres no es igual a la de las minorías étnicas.

La legislación occidental de “Derechos Humanos”, en la práctica, no siempre resulta de gran utilidad con temas como la libertad de expresión, debido al proceso de la ley, etc. La Comisión de Derechos Humanos de Nueva Zelanda, por ejemplo tiene un centro de atención en los “colectivos” – es decir, grupos reconocidos por el Sistema como oprimidos o en desventaja. Sus propósitos son muy encomiables: evitar que alguien oprima o convierta en cabezas de turco a los grupos minoritarios. El clásico, prototípico, más repetidamente divulgado caso de semejante opresión es, desde luego, la Alemania Nazi. Los nazis, quienes creían que eran la raza superior, persiguieron a los judíos y otros grupos. Cierto que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que los nazis eran muy malvados, pero según el modelo de la izquierda/liberal de “opresor = malo, oprimido = bueno”, esto significa que los judíos eran considerados por definición como buenos.

Pero algunos judíos opinan que son el pueblo elegido de Dios; ¿Y en que se diferencia esto de la creencia de los nazis de que ellos eran la raza superior? Hasta donde yo puedo analizarlo las dos ideas son igualmente racistas. Esto no excusa a los nazis de ninguna manera, pero añade una perspectiva que es importante considerar: cualquier grupo étnico tiene miembros que son racistas. Actualmente, sin embargo, solamente el racismo de miembros de las mayorías blancas atrae una considerable publicidad o la autoflagelación.

Por ejemplo, cuando yo enseñaba Mandarín, la lengua nacional de China (la nación más poblada de la tierra) en Nueva Zelanda, un país con menos de cuatro millones de habitantes, parecía que yo era el único que pensaba que mi trabajo era enseñar el idioma. Todos los demás (desde la comunidad cantonesa local, que frecuentemente ni siquiera sabía Mandarín, pasando por los granjeros dedicados a la exportación, a los diplomáticos retirados, y a la comunidad empresarial) opinaban que mi trabajo consistía en ser deferente hacía el pueblo chino. ¡Incluso los laosianos y los euroasiáticos que conocí parecían creer que ellos eran mi jefe!

De cualquier modo, yo trabajaba en el mismo edificio que el Alto Comisionado Hindú, y descubrí que los hindúes que se encontraban allí tenían una actitud diferente: En ciertas ocasiones cuando tenía una diferencia de opinión con mis colegas chinos, repentinamente me volvía muy popular entre los hindúes.-No se si esto sucedía así porque había algunos hindúes dentro de la plantilla de mi escuela que se interesaban por estas cosas.

Lo que sucede en los países occidentales es que las minorías étnicas, cuyos miembros originalmente se discriminan entre ellos en sus países de origen, aúnan fuerzas para afirmar sus derechos contra la mayoría en su país adoptivo. Esta mayoría los agrupa a todos juntos como “Africanos” o “Latinoamericanos”, “Isleños del Pacífico” o “Asiáticos”, de modo que comienzan a pensar así de si mismos. Esto también le ocurre a otros grupos como los neozelandeses y australianos en el extranjero. Se agrupan juntos como “Coloniales”, “Habitantes de las Antípodas”, o cualquier término similar, y de esta manera acaban quitándole importancia a lo que les divide y concentrándose en lo que tienen en común. En su hogar, por otra parte, estas dos naciones se dedican a una continua –aunque la mayoría de las veces amistosa - rivalidad

La mayoría en una democracia liberal puede ejercer su poder colectivo sólo en las elecciones (o sea, una vez cada tres, cuatro o cinco años) y en los referendos. E incluso en las elecciones no se pueden elegir políticas individuales-sino paquetes de políticas, envueltas en los programas electorales o plataformas de partidos específicos. Estos partidos pueden o no realizar realmente partes concretas de sus programas electorales una vez en el poder. Así la mayoría no es demasiado poderosa siguiendo un cauce puramente electoral.

Miembros particulares de la mayoría pueden y discriminan de hecho a las minorías, pero miembros individuales de las minorías pueden también discriminar contra miembros de la mayoría y de otras minorías, a su vez. En Nueva Zelanda, por ejemplo, un conciliador de relaciones entre razas del sur de Asia desde un punto de vista étnico, Mr. Rajen Prasad, dictaminó que unos maoríes habían discriminado a dos estudiantes blancos en un curso politécnico en 1998. Esto debe haber disgustado a los miembros maoríes de la coalición de gobierno, ya que al Conciliador de las Relaciones Raciales se le cortó su presupuesto y fue incapaz de continuar con sus reclamaciones desde ese momento-¡Al menos, creo que esta es la explicación para la ausencia de su respuesta a una carta en la que yo me quejaba de discriminación por parte de algunos asiáticos!

También, en muchos países las minorías asiáticas (como los judíos y los armenios en muchas naciones) a menudo tienen unos ingresos promedio superiores a los de la mayoría, y esto da poder a estas minorías entre bastidores (lo cual es parte de lo que hace a minorías como los chinos, judíos y armenios impopulares en otros países). De nuevo, tengo experiencias sobre estos tópicos que de relatarse ocuparían otro libro. Fuentes étnicas me informan de que los judíos son el lobby étnico más poderoso en los EEUU (después de los afroamericanos). Un iraní que fue en una ocasión residente en los EEUU igualmente afirmaba que los judíos controlaban los medios de comunicación en los estados. ¿Son antisemitas o sencillamente dicen la verdad, tal como se ve con ojos no nublados por la culpabilidad blanca?

Entre las elecciones, son los grupos de presión, los medios de comunicación, la burocracia gubernamental, el Presidente o Primer Ministro, el Gabinete, la camarilla del gobierno y el Congreso y el Parlamento quienes tienen el poder real. Y los Presidentes, Primeros Ministros y Gabinetes, como bien sabemos, no siempre cumplen las promesas que les hicieron ser elegidos.

Cierto, los miembros de las minorías experimentan el predomino de los valores y símbolos de la mayoría en muchos aspectos de sus vidas diarias. Muchos consideran esto molesto, incluso opresivo, ya que encuentran sus valores y símbolos más atractivos e incluso superiores a los de la mayoría extraña. Esta es la experiencia común de los expatriados de cualquier clase en todos los países. Las mayorías, por supuesto, también experimentan sentimientos similares mucho más divulgados hacía las minorías albergadas en su seno.

En resumen, lo políticamente correcto proporciona una visión simplificada, estereotipada de las relaciones entre las minorías y las mayorías. Estando orientada hacía la práctica, requiere de chicos buenos y chicos malos, para poder ayudar a los chicos buenos y castigar a los malos. Según el esquema de las cosas para lo políticamente correcto, las mayorías son chicos malos y las minorías chicos buenos. Final de la historia- salvo porque hemos promocionado a las mujeres de mayoría al estado de minoría, así pueden ser chicos buenos, también.

Opresión y Pluralismo.

Uno de los principios fundamentales de la cultura occidental, por supuesto, es el pluralismo, que asume intereses rivales. Con todo, bien puede ser que los excesos del feminismo inspiren una nueva mirada a las virtudes y vicios del pluralismo. El concepto de opresión feminista está en el extremo de la simplicidad. En su libro Política y diferencias de grupo: una crítica al ideal de ciudadanía universal, Irish Young expone que, desde el momento en que algunos grupos están relativamente privilegiados mientras que otros están oprimidos, una estructura política basada en la universalidad lo único que logra es favorecer esa desigualdad. Ella argumenta a favor de una sociedad de grupos de presión (una sociedad compuesta por grupos de presión en competencia) – justo el lo contrario del concepto de “crisol”.

“En primer lugar, el ideal de que las actividades de la ciudadanía expresan o crean una voluntad general que trasciende las diferencias concretas de situación e interés de la afiliación grupal ha excluido en la práctica a los grupos considerados no capaces de adoptar ese punto de vista general; la idea de la ciudadanía expresando una voluntad general ha creado la tendencia a imponer una homogeneidad de ciudadanos…De este modo yo opino que la inclusión y la participación de cualquiera en el debate público y la toma de decisiones requiere de mecanismos para la representación grupal. Segundo, si existen diferencias en capacidades, cultura, valores y modos de comportamiento entre los grupos, pero algunos de estos grupos están privilegiados, el seguimiento riguroso de un principio de tratamiento igualitario tiende a perpetuar la opresión y la desventaja”

Lo que me llama la atención sobre este texto no es tanto lo que la autora dice como sus tácitas presunciones ocultas detrás de palabras como “liberador” y “oprimido”. Estas presunciones son las que yo quiero examinar y cuestionar, igual que las afirmaciones que las feministas realizan actualmente. Sus ideas tienden a ser la justificación retrospectiva de un proceso que ya está bien avanzado en los países occidentales- Un proceso que (yo lo explicaría) ha derivado en injusticias contra los hombres (entre otros grupos). Por eso resulta apropiado seguir el curso de su razonamiento y valorarlo en comparación con el trasfondo de las consecuencias de la efectiva puesta en práctica de las ideas que ella defiende.

El argumento básico de Young es que la ciudadanía universal es buena y positiva en si misma, pero no es una panacea para todos los males sociales, aunque ella ni lo exponga directamente ni afirme esto con tantas palabras. Más bien ella formula su tesis alegando que ciertas tendencias políticas (esas que ella cree que derivan de la noción de ciudadanía universal) están “en tensión con” otros aspectos de esta noción. Mis fuertes dudas respecto a su planteamiento se basan en los siguientes hechos:

 

  1. Este énfasis en los grupos disminuye la influencia, poder y significado del individuo;

  2. Los miembros de uno o muchos de los grupos de presión representativos de los considerados “oprimidos” (por ejemplo las sindicalistas de las lesbianas feministas discapacitadas y pertenecientes a una minoría étnica) tienen más poder que aquellos que pertenecen a ningún o a pocos de los grupos de presión;

  1. No existe la garantía de que los grupos de presión establecidos para representar a los grupos “oprimidos” representen realmente a grupos oprimidos en la práctica (por ejemplo, las feministas han creado incontables grupos de presión sobre la dudosa base de que las mujeres están oprimidas, sin embargo existen relativamente pocos grupos que representen a los hombres, que también tienen buenos motivos para ser considerados oprimidos);

  2. Los particulares al ver a todo el mundo a su alrededor redescubriendo sus raíces étnicas se ven obligados a volverse más etnocéntricos que antes, ya que el grupo se ha convertido en el principal foco de atención de la expresión política- particularmente el grupo étnico.

  3. Las personas de raza mestiza que han perdido el contacto con sus raíces culturales se ven obligadas a asumir lealtades bastante artificiales haciendo énfasis en una parte de sus ancestros, a costa de las otras partes.

  4. Promoviendo las políticas de estos grupos de presión se acentúan las fuerzas centrífugas que están constantemente presentes en cualquier sociedad y esto empuja a la sociedad hacía el desacuerdo civil y la disputa.

 

Los argumentos de Young dependen de un modo considerable del consenso standard liberal/izquierdista (tal como se expone en las universidades occidentales) acerca del fenómeno de la opresión, ya que el hilo principal de su argumento básico en contra de la noción del ciudadano universal es que la sociedad incluye grupos que están oprimidos, en el sentido de que los miembros del grupo son incapaces de hacer sentir su influencia política con tanto peso como los miembros de otros grupos son capaces de hacerlo.

Según Young, un grupo está oprimido si una o más de las siguientes condiciones les afecta a la totalidad o a un importante porcentaje de sus miembros: (1) el beneficio de su trabajo o energía termina en manos de otros sin que estos les beneficien a ellos recíprocamente (explotación); (2) se les excluye de participar en las actividades sociales importantes, lo que en nuestra sociedad se refiere principalmente al puesto de trabajo (marginalización); (3) viven y trabajan supeditados a la autoridad de otros y ellos mismos tienen sobre los demás poca autonomía laboral y autoridad (desempoderamiento) (4) como grupo se les valora de un modo estereotipado y al mismo tiempo su situación y experiencia es invisible para la sociedad en general, y tienen pocas oportunidades y audiencia para la expresión de sus experiencias y perspectivas sobre los acontecimientos sociales (imperialismo cultural); (5) los miembros del grupo son víctimas aleatorias de violencia y hostigamiento motivado por odio colectivo o miedo”. (Young 1990,128)

Young (ibid) continúa listando los diferentes grupos a los que considera oprimidos en los EEUU. Las mujeres encabezan la lista, e incluye a varios grupos étnicos, además de los gays, lesbianas, los pobres, la clase trabajadora, los ancianos y discapacitados.

El diccionario Merriam-Webster define la “opresión” como “un ejercicio injusto o cruel de poder o autoridad”. De los 5 criterios de Young no todos aíslan genuinamente la opresión actual. Están diseñados para adaptarse a la situación de las mujeres, tal como ella la ve. Su quinto criterio-por ejemplo- está redactado de un modo demasiado poco concreto para ser útil – El hostigamiento se produce de varias maneras, físico, verbal, emocional y mental, y no es cierto que únicamente los grupos dominantes en la sociedad estén siempre en una posición de hostigamiento hacia los demás. Sus criterios segundo y tercero igualmente tienen mucho que ver con las mujeres, pero muy poca relación con la opresión tal como se suele entender normalmente.

En realidad, según las definiciones de Young muchas mujeres oprimen a los hombres. En base al criterio (1), los hombres que luchan en la línea de frente durante la guerra, exponiéndose al miedo, las privaciones físicas y psicológicas, y la posibilidad de heridas, mutilaciones, parálisis y/o la muerte están siendo explotados y oprimidos por las mujeres. La situación es particularmente evidente cuando las mujeres tienen o han tenido el voto en el país aludido, y así apoyaron con su voto al gobierno que ordenó la movilización de tropas; si hubiera mujeres en el gobierno que tomó la decisión- y especialmente si eran mujeres las que componían una mayoría del electorado, o si la cabeza del gobierno o la cabeza del Estado fuese una mujer. En la historia reciente, me viene a la cabeza, la Guerra de las Malvinas- se desarrolló cuando en Inglaterra la cabeza del Estado, la cabeza del Gobierno, y la mayor parte del electorado eran todas mujeres. La mayoría de los que murieron fueron hombres.

El antiguo estado de Yugoslavia era culturalmente occidental, pero la guerra civil sucedida allí entre serbios, croatas y musulmanes fue librada en su mayor parte por reclutas masculinos (por supuesto). No ha habido ningún indicio de feministas demandando igualdad de servicio militar obligatorio con los hombres en los campos de batalla presentes allí. Las demandas feministas referidas al servicio militar se limitan generalmente al derecho a una carrera militar profesional para las mujeres voluntarias. La obligatoriedad es sólo para los hombres, en lo que se refiere a las feministas. Más aún, tampoco ha habido pruebas de que las mujeres de las diversas comunidades hayan estado más dispuestas que sus compañeros varones a adoptar una postura pacífica cuando se producían los ataques.

El único indicio de mujeres involucradas en los combates fue una historia de una única mujer francotiradora. Un francotirador, desde luego, es un combatiente relativamente a salvo-aun así, esta mujer fue seleccionada por los medios de comunicación porque constituía una destacada excepción a la regla de que sólo los hombres combatían. Sin duda parte de la prensa también tenía una agenda profeminista oculta, y estaban intentando transmitir la impresión visual de que las mujeres participaban en parte de los peligrosos combates, sin verbalizar realmente esa mentira. El caso de Israel es frecuentemente aludido como un país donde las mujeres son reclutadas junto con los hombres. Pero allí, también, son los hombres quienes auténticamente realizan los combates en la línea de frente-no las mujeres.

El criterio 4 de Young (imperialismo cultural) también es aplicable a los hombres, en grados variables en muchos países occidentales. Como colectivo, los hombres de estos países son estereotipados por las feministas y el MUC (Complejo de los Medios de comunicación y las Universidades) como violadores y asesinos potenciales- ¡sin mencionar abusadores de niños y maltratadores de esposas! Al mismo tiempo su situación y vivencias como hombres son invisibles para la sociedad en general. Tienen pocas oportunidades y escasa audiencia para la expresión de sus experiencias y perspectivas sobre los acontecimientos sociales (imperialismo cultural), ya que existen comparativamente pocos grupos de presión que representen los intereses de los hombres.

El prefacio a el “Manual de Igualdad de Oportunidades en el Empleo” de la Comisión de Derechos Humanos Neozelandesa estipula “Los hombres que no pertenezcan a los grupos objetivo (las diferentes etnias y otros grupos minoritarios) no están incluidos para consideración especial en el manual.” De este modo, cualquier hombre que quisiera protestar por haber estado en desventaja respecto a las mujeres en algún puesto de trabajo concreto, no tendría ni tan siquiera la posibilidad de rellenar su reclamación, y muchísimo menos probarla.

¿Pero pueden los hombres estar en posición de desventaja? Si, pueden: Tengamos en cuenta que existen algunas profesiones tales como la educación primaria y preescolar, en las que la mano de obra es abrumadoramente femenina. Existen muchos hombres que preferirían educar niños antes que trabajar como carpinteros en un emplazamiento peligroso en construcción. Una razón por la que no lo hacen, por supuesto, es que el sueldo es mejor por trabajar en el sector de la construcción. El sueldo es mejor por la razón puramente económica de que sino fuese así nadie trabajaría en un trabajo tan peligroso y poco atractivo.- no porque los trabajos de las mujeres estén mal pagados, como alegan las feministas. También las mujeres fuerzan a los hombres a priorizar en el dinero antes que en la satisfacción en el trabajo, ya que la mayoría de las mujeres prefiere citarse, emparejarse y casarse con hombres adinerados –y no hombres con satisfactorias, aunque escasamente pagadas, carreras.

¿Ha igualado las oportunidades la igualdad de oportunidades?

En este contexto, me dirigí a esta Comisión de Derechos Humanos para protestar respecto a una firma de mensajería exclusivamente femenina sobre la que se escribió un artículo en un periódico en el que afirmaban que nunca contratarían hombres. Resultó, que yo no había sido el primero en quejarse, pero la mujer a la que le hablé en la comisión consideró suficiente informar de que la firma que lo dijo había sido malinterpretada.

Sin embargo, ella continuó criticando esa gestión de hegemonía masculina presente en algunas compañías dominadas por hombres que en algunas ocasiones entrevista a las mujeres sólo por salvar las apariencias - sin tener ninguna intención de contratar a ninguna. Esto podía ser cierto, pero el resultado era que por este motivo no iba a tomarse muy en serio las quejas en contra de las empresas dominadas por mujeres, ¡como si de dos errores resultase un acierto! Este no es el enfoque imparcial que se esperaría uno de una Comisión de Derechos Humanos financiada por el contribuyente, y esta arbitrariedad es un efecto de que los hombres sean una minoría invisible en la sociedad. Desde entonces he mantenido correspondencia con la Comisión de Derechos Humanos tratando diferentes temas, y estoy convencido de que no es otra cosa ni más ni menos que un centro de poder feminista.

El criterio 5 de Young (ser víctimas de violencia y hostigamiento aleatorios) también se aplica a los hombres. Yo he sido hostigado y agredido físicamente por las feminazis (en un puesto de trabajo dominado por mujeres e izquierdistas) que deseaban intimidar a un potencial activista masculinista y censurar la expresión de opiniones como las que se exponen en el presente libro.

Las propuestas feministas.

Young expone sus soluciones alternativas como sigue:

“Afirmo, entonces, el principio siguiente: una democracia popular, al margen de como esté constituida, debería proporcionar mecanismos para la representación y el reconocimiento efectivos de las diferentes voces y perspectivas de aquellos de sus grupos constituyentes que están oprimidos o en desventaja dentro de ella. Esta representación del grupo conlleva que los recursos públicos y mecanismos institucionales apoyen tres actividades: (1) autoorganización de los miembros del grupo de tal modo que logren un sentimiento de fortalecimiento colectivo y una comprensión de grupo reflexiva de su experiencia colectiva e intereses en el contexto de la sociedad (2) manifestando un análisis grupal de cómo las propuestas de las políticas sociales les afectan, y generando propuestas políticas ellos mismos, en contextos institucionalizados donde los responsables de tomar las decisiones se vean obligados a demostrar que han tomado estas perspectivas en consideración; (3) teniendo derecho de veto en lo referido a políticas específicas que afecten directamente a un grupo, por ejemplo, los derechos reproductivos de las mujeres, o la utilización de las reservas para los Nativos Americanos”. (ibid, 128-129).

El mayor problema con el enfoque anterior es, como la misma Young admite, la cuestión de cómo es exactamente una sociedad para determinar qué grupos están oprimidos o en desventaja. Ofrece una definición de trabajo de la definición misma de opresión, pero aun así permanece el problema de la ausencia de un mecanismo objetivo que pueda utilizarse por una sociedad dada para determinar a quien se le aplica esta definición en su caso concreto.

Young trabaja dentro de un contexto de la izquierda/liberal universitaria, con un consenso dominante sobre quienes son los opresores y oprimidos en una sociedad dada -es decir, la coalición de víctimas integrada por las mujeres, homosexuales, las minorías raciales o étnicas, y los discapacitados. Este es frecuentemente un contexto simplista, desde el momento en que ningún grupo está totalmente desprovisto de poder, y cualquier grupo es susceptible de utilizar el poder que tenga para realizar el grado de opresión que sea capaz, en contextos concretos. Este consenso es también opresor por si mismo, ya que hace difícil que los grupos a los que no se les ha otorgado la muy codiciada etiqueta de “oprimidos y en desventaja” puedan persuadir a cualquiera de la seriedad de sus protestas para llegar a este nivel- particularmente si el consenso ya les ha estigmatizado con la etiqueta de “opresor”.

Los hombres tienen grandes dificultades para ser aceptados (en base a reclamaciones de que están siendo oprimidos por mujeres) dentro de la “coalición de grupos oprimidos” (también conocida como la coalición de las víctimas), desde el momento que las mujeres han sido durante mucho tiempo una de las piedras angulares de este grupo ¡y consiguieron su posición sobre la base de acusar a los hombres de oprimirlas! A pesar de todo, como ya hemos visto, los hombres están oprimidos de acuerdo a tres de los cinco criterios de Young: explotación, imperialismo cultural y siendo víctimas de violencia y hostigamiento.

Propaganda de los medios de comunicación y poder.

En el comienzo de este capítulo, hablábamos sobre el poder de un hombre con una motosierra en un bosque. En la sección previa, tratábamos la opresión, que es un tipo de malversación del poder por parte de una persona o grupo, en detrimento de otra persona o grupo. El poder es todo sobre lo que trata la política, y todos los temas alrededor de los derechos de los hombres y las mujeres están relacionados con el poder.

Así que, ¿qué es exactamente el poder? El poder es la capacidad para hacer lo que quieres, y /o para conseguir que las demás personas hagan lo que quieres que hagan. Algunas personas podrían hacer una distinción entre estas dos formas de poder, exponiendo que la capacidad para hacer lo que quieres es “autonomía”, y el “poder” sólo tiene que ver con las relaciones entre las personas. Desafortunadamente, quizás, este sea un punto de vista demasiado ingenuo. En la práctica, cualquier cosa que desees hacer conlleva cierta competencia con los demás, y algún menor o mayor descenso en su libertad de acción o calidad de vida. Así que tendrías que ser una persona verdaderamente muy poderosa para hacer cualquier cosa que desees, porque muchas de estas actividades podrían toparse con la resistencia real o potencial de otras personas.

La socialización tiene mucho que ver a la hora de aprender cuales son los límites de tu autonomía/poder. Catherine MacKinnon y otras feministas hablan sobre este tema en el contexto que valora el género como un medio para limitar el poder de la mujer. Sin embargo sus argumentos son unilaterales y superficiales, como rutinariamente suele ser el caso con las escritoras feministas. ¿Exactamente cuanto poder tenía el hombre joven reclutado en la guerra del Vietnam, mientras sus hermanas y novia permanecían a salvo en casa asistiendo a clases de Estudios para Mujeres y con ocupaciones similares? Tanto los hombres como las mujeres han sido socializados para aceptar limitaciones a su poder, y el mito del hombre todopoderoso es uno que las feministas han construido cuidadosamente para suscitar compasión hacía las mujeres.

El historiador de la antigua Grecia, Tucídides, tenía una muy cínica (aunque válida) definición de la libertad. Era más o menos la siguiente: la libertad es la capacidad para restringir la libertad de otras personas. Esto es lo mismo que negar la validez del análisis del cambio político afirmando que todo el mundo gana- en otras palabras, siempre hay ganadores y perdedores.

Según esta interpretación, por ejemplo, los EEUU son la nación más libre de la tierra- siendo la más libre de inhibiciones por parte de fuerzas externas en su política exterior, y también la más capacitada para imponer su interpretación sobre temas morales en el mundo entero. A la inversa, Rusia es incapaz de afirmar su interpretación sobre temas morales en su propio patio trasero (e.g. Bosnia y Kosovo), si su interpretación se diferencia de la de los EEUU. Rusia ha tenido que retraerse ante el poder económico de los EEUU, que no desearía ayudar a Rusia en su debilidad económica si Rusia fuese demasiado independiente en la línea referida a Kosovo, por ejemplo. Y, también en Kosovo, los serbios tuvieron en una ocasión la “libertad” de oprimir a los albaneses y proteger a los gitanos, pero (en el momento en que esto se escribe) los albaneses se han vuelto libres para oprimir a los serbios y a los gitanos.

El liberalismo convencional del siglo XX aspira, en la práctica, a buscar grupos oprimidos y aumentar su autonomía. El ejemplo típico de esto fue el tratado de Versalles, que finalizó la Iª Guerra Mundial y redibujó el mapa de Europa a lo largo de grandes límites étnicos-haciendo pedazos al imperio Austrohúngaro.

Desafortunadamente, cuando esta fórmula se aplica en la política interior lo que resulta es una minoría rezagada de personas desvalidas que no se incluyen en ninguna de las categorías señaladas para recibir compasión y/o recursos extra. Los otros grupos están todos organizados y tienen la atención de los medios y los políticos, dejando esta grupa desorganizada, sin poder, virtualmente desprovista del derecho al voto y a la merced de las minorías “liberadas”, en términos políticos. En otras palabras, la coalición de las víctimas gana liberación esclavizando a la mayoría silenciosa.

Repentinamente, nuestras democracias comienzan a parecerse más a dictaduras. En una dictadura, podría parecer que una sola persona hace lo que ella desea y tiene autonomía/poder totales. Esto no es del todo cierto. Los dictadores son afortunados si llegan a tener siquiera un breve período de tiempo en el que pueden hacer absolutamente lo que quieran. Entonces deben comenzar a mirar por encima de su hombro y debajo de su cama, a cuenta de las potenciales traiciones contra ellos mismos o su país. Para combatir esas amenazas reales o potenciales los dictadores deben ser proactivos. Tienen que desarrollar alianzas personales e internacionales, aplacar a la gente, grupos de personas y estados. También tienen que crear y diseminar propaganda persuadiendo a la gente para que se pongan de acuerdo con ellos (haciendo uso de los medios de comunicación, entre otros elementos).

¿Qué distingue a una dictadura de una democracia? La diferencia fundamental, por supuesto, es el modo en el que se provoca un cambio de gobierno. Julio Cesar, Benito Mussolini y Adolf Hitler son ejemplos bien conocidos de dictadores europeos cuyo mando terminó violentamente. Cesar era extraordinariamente popular para ciertos sectores de su Pueblo. Fue la elite, más que sus súbditos inferiores, los que consideraron necesario asesinarle- a pesar de que a esas alturas era demasiado tarde para restaurar la República.

Pero en el elemento de similitud entre las dictaduras y las democracias en el que quiero centrarme aquí es en la utilización de la propaganda y los medios informativos. Los medios informativos son muy poderosos como bien sabía Goebbels. El era consciente de la necesidad de disimular ante la audiencia el “arte” del profesional de los medios mediante el empleo de analogías históricas, más que haciendo propaganda política evidente. Del mismo modo, los medios de comunicación de la sociedad occidental moderna hacen propaganda escogiendo los temas sobre los que se informa y las preguntas que se realizan, más que siendo claramente tendenciosos en la presentación de lo que se cubre. El problema para las causas políticamente incorrectas como los Derechos de los Hombres ha sido cómo conseguir el que siquiera se informe sobre ellas.

Si hubiese varias fuentes de información, si tuvieran puntos de vista muy diferentes y si todas ellas controlasen un casi idéntico porcentaje del “mercado” el problema no sería importante. En muchos países pequeños, sin embargo, la inmensa mayoría de la población recibe la mayor parte de comentarios políticos e informativos de una única fuente. La televisión por cable y la televisión vía satélite, con sus docenas de canales eran extrañas en la escena internacional hasta hace relativamente poco. A pesar de todo, los medios de comunicación de masas occidentales transmiten pocos puntos de vista, especialmente en los horarios televisivos de máxima audiencia. Domina lo políticamente correcto porque este es el pensamiento de la mayor parte de los periodistas.

Lo que es particularmente interesante respecto a los judíos, en esta situación, es que han sido etiquetados como víctimas en base a su papel de minoría en los países occidentales –y por eso reciben una muy escasa prensa negativa de los periodistas que temen ser tildados de antisemitas. En realidad, tienen tanto poder que son muy a menudo capaces de impedir la diseminación de información con la que están en desacuerdo sobre el Genocidio Nazi. Los armenios no tienen un poder semejante para suprimir el revisionismo turco que niega el genocidio turco de los armenios, por ejemplo. Pero, como afirma el dicho, “aquellos que no aprenden de la historia están condenados a revivirla”. Desde el momento en que los activistas sionistas nos impiden el acceso no restringido a información acerca de cualquier aspecto del genocidio de judíos de la Alemania Nazi y lo que lo propició, nunca podremos llegar a comprender realmente cuales fueron las causas. Sino podemos establecer las causas ¿Cómo podemos evitar que eso vuelva a suceder?

Pero en Israel los judíos son considerados como opresores de los palestinos ¡y así tienen algo de mala prensa en Occidente por este papel! Simpatizo con los antiguos Primeros Ministros del Likud (estilo a Benjamín Netanyahu) de Israel cuando protestaron de los prejuicios anti-israelitas en los medios de comunicación. No es tanto porque yo esté de acuerdo con sus políticas – sino que precisamente ellos, como los masculinistas, se tropiezan tan a menudo contra el muro de los prejuicios de los intelectualmente simples medios de comunicación, que tienen la sensación de que casi no tiene sentido enfrentárseles directamente.

Otro caso a propósito es Bosnia, donde los medios occidentales han sido orientados en contra de los serbios. Martin Bell fue un famoso reportero de la cadena de televisión BBC que argumentó desde dentro de la misma contra su política oficial de neutralidad. Finalmente dejó la BBC y se pasó a la política. Lo escuché en una entrevista refiriéndose a los serbobosnios como los “chicos malos” Su entonación dejaba claro que parecía haber entrecomillado la frase, pero está también claro que esa era la manera en que los medios de comunicación occidentales-y por extensión el mundo occidental- veían realmente a los serbobosnios.

La gente frecuentemente dice cosas como “El conocimiento es poder” o la información es poder” pero raramente parecen comprender que esto se aplica a la política tanto como a cualquier otra cosa. Los medios de comunicación- principalmente antes de las llegada de Internet-controlaban la información. Da la impresión de que esto se les haya subido a la cabeza, en muchos casos. Algunas personalidades de los medios de comunicación han adquirido el estatus de estrellas. Ellos han visto a los políticos populistas o del ala derechista criticar a los medios, aun así todavía no son conscientes de sus propios prejuicios.

Otro ejemplo lo constituye la bien conocida autora feminista, Susan Faludi. Según Laura Taflinger,

“Faludi piensa que el trabajo de un periodista consiste en crear cambio social mediante la educación de la gente y el tomarse tiempo para investigar cosas. Un periodista necesita ser apasionado respecto a una causa, dice ella.” (www.dnai.com/~ljtaflin/FEMJOUR/faludi.html)

En la antigua yugoslavia, los serbios y los croatas tenían prácticamente el mismo lenguaje hablado (denominado “serbocroata”), pero los serbios escribían en alfabeto Cirílico (como los rusos y los búlgaros) mientras que los croatas usaban el alfabeto romano. No estoy seguro de si esto era causa o efecto (o ambas cosas a la vez) pero está claro que los serbios tenían relaciones más estrechas con la Europa del Este, y los croatas (hasta el punto que lo permitía la guerra fría) tenían relaciones más estrechas con Europa Occidental. Esto hacía casi inevitable que los medios occidentales tuvieran un sesgo anti-serbio- el cual fue exacerbado por el hecho de que esta gente de los medios mantuviese su base principalmente en Sarajevo, en territorio antiserbio.

No estoy disculpando las atrocidades serbias. Pero la agenda de los serbios parecía ser independiente de la de los croatas y musulmanes. Las Naciones Unidas y los medios de comunicación, dominados por intereses occidentales, decidieron, basándose en una agenda contraria, forzar a las tres facciones a vivir juntas en un país (Bosnia). Enfrentados con la agenda hostil de la comunidad mundial no sorprende que algunos serbobosnios puedan haber actuado como animales acorralados.

Conclusión.

Con unas pocas excepciones, el punto de vista feminista domina actualmente las principales fuentes de información en la totalidad de los EEUU, Cánada, Europa, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Esto les da la clase de influencia que limita con el poder para dictar lo que leemos, vemos y escuchamos sobre la cuestión. Esto suscita la pregunta, ¿Qué ha sido de nuestros ideales democráticos?

Cualquier persona o movimiento político que aspire a luchar por los valores que han sido absorbidos en el seno de lo políticamente correcto debe comprender el poder del complejo formado por los medios y la universidad y el modo en que desarrolla su “educadoctrinamiento”. El escenario políticamente correcto dentro del cual vivimos es orweliano con su caso omiso y desdén hacía la verdad. De ahí, este libro. Como todas las guerras, la guerra de sexos se ganará pasando del análisis a la estrategia, de la estrategia a las tácticas, y de las tácticas a la acción.

 

Prólogo a la versión española

Prefacio a la Edición NZEP

Introducción: ¿Qué es el Feminismo?

Capítulo 1: Narcisismo Feminista y Poder Político.

Capítulo 2: Circuncisión contra elección

Capítulo 3: Violación: Conservando Tu Pastel a Pesar de Habértelo Comido

Capítulo 4: Mentiras sobre la violencia doméstica, un dilema sin salida para los hombres.

Capítulo 5: Falsas acusaciones y la mentira del abuso infantil

Capítulo 6: La Mentira del Sistema de Justicia Masculino

Capítulo 7: Temas laborales y la mentira de que “las mujeres pueden hacer cualquier cosa”

Capítulo 8: Las mentiras sobre la educación

Capítulo 9: Mentiras, malditas mentiras y estadísticas de las Naciones Unidas.

Capítulo 10: La mentira de la igualdad

Capítulo 11: El derecho a la elección y el aborto

Capítulo 12: El Lenguaje sexista: ¿Cree Satán que ella es varón?

Capítulo 13 : Educadoctrinamiento mediante el complejo de los medios de comunicación y la universidad

Capítulo 14: La Mentira de la representación masculina

Capítulo 15: Manifestaciones del feminismo

Notas

Referencias

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Peter Douglas Zohrab

Latest Update

20 June 2015

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